Mi ciudad natal, la capital del Estado de México, la pequeña urbe industrial y fría que es Toluca representa un desierto cultural en todos los sentidos. La gente sólo atiborra el museo movidos por el morbo que exposiciones como “Instrumentos de Tortura” genera, pero me pregunto cuántos van al museo de Bellas Artes sólo por ir. Yo he ido, siempre me han gustado los museos de todo tipo.
Las pocas radiodifusoras locales que no sean de la guapachosa música mexicana o de noticieros son escasas. Radio Mexiquense, del AM, resulta la más antigua, pero demasiado culta para el público local y se mantiene, quiero creer, por el auspicio del gobierno. UniRadio, del FM, es la más joven, con menos de un año es la propuesta de la Universidad Autónoma del Estado de México, mi alma mater por cierto, y cierto es que pasa música más actual y tiene espacios dedicados completamente a la música independiente, al rock e incluso a los niños, pero un radioescucha promedio de Toluca al sintonizarla y encontrar jazz o música clásica le cambia de inmediato. Luego está Neurótica, también del FM, relativamente joven, un intento, desde mi punto de vista fallido, de continuar la tradición del extinto Radioactivo, sin embargo, ahí es donde la puerca tuerce el rabo, pues dicha estación y la gente que la maneja se me figura más una mafia que un espacio para las propuestas musicales. Otra mafia, íntimamente ligada con la antes mencionada es el denominado Colectivo Revolución en Acción, y ambos sectores mueven cual titiriteros la movida musical de una ciudad pequeña pero con ímpetu.
Me pregunto por qué el público toluqueño es tan poco exigente, es decir, con Neurótica como la Biblia musical de la localidad, cualquier cosa que transmitan ha de ser tomada como verdad absoluta, cuando en realidad, yo no puedo soportar demasiado escuchando la estación. El punto es que escuchar a unos sujetos que a penas saben de lo que hablan, que creen que alburear a cada momento es divertido y que se asemejan más a animadores de alberca es un hecho insufrible para esta que escribe.
Con esa introducción, hablemos del evento que se llevó a cabo el pasado 8 de septiembre en Toluca, en el local llamado Tao, ubicado en avenida Comonfort, se presentaba la banda, supuestamente original (eso es discutible) Austin TV, con un montón de bandas locales una peor que la otra. Originalmente no iba a ir, ¿a qué?, ocho días antes había presenciado uno de los eventos más mágicos que uno se puede imaginar: Explosions in the Sky en La Victoria, de la Ciudad de México, después de eso ver a unos músicos más bien malos con aires de rockstars no era algo que ansiara presenciar.
Por azares del destino, conseguí un boleto de cortesía y fui, no perdía nada, el evento estaba anunciado a las 3 de la tarde, seguro acabaría temprano, porque por fortuna o por desgracia yo vivo en un mundo real y tengo deberes que atender, no vivo en esa fantasía en donde el rock sí existe en Toluca.
Llegué a las 4, quise suponer que para ese entonces la gente ya estaría entrando, mi sorpresa fue llegar y ver la fila de chavitos esperando fuera del local. Tendría que esperar un poco más. De primera vista era más bien un show de ver quien era “más radical” que los demás, todos los outfits preparados para impresionarse unos a otros, de chicos medio hippiosos, punks o emos que llegan en el Renault Mégane o el BMW serie 3 de papi y mami. Desde ahí empezamos mal.
Teniendo que soportar a esa gente que es víctima de mis burlas en la facultad (en todos lados los hay) me quedé esperando apartada del tumulto de gente. Me encontré a algunos viejos conocidos por ahí que hicieron más soportable la espera.
A eso de las 5 de la tarde, la música comenzó, pero la cosa era que no todos estaban adentro aun, y fue la primera vez que pensé “es Toluca” en medio de un suspiro personal. La primera banda fue Ninfamia, que a penas si pude ver pues capté como la mitad del corto set, aunque por lo que escuché no me perdí de nada emocionante.
Luego vino Tequila Vendetta, si mal no recuerdo. Si de por si México musicalmente se encarga de copiar lo que se hace en Estados Unidos o Inglaterra, los Tequila Vendetta copian de las copias… pero de hace 6 años. Toluca es el tercer mundo del tercer mundo, que triste.
Justo estaba hablando de Two Fakes con las personas que me encontré ahí cuando los susodichos salieron a escenario. Yo no los conocía y lo primero que pensé fue “vaya nombre tan más estúpido” pero complementé “pero sí la música es buena, el nombre pasa a segundo plano”, por desgracia no fue así. La copia, de la copia, de la copia de Caifanes. No hay que ser.
Luego seguimos peor, por aquello de los nombres, The Sheriphs (en serio, así se llaman) se ve que son niños ricos sin que hacer, estiraron la mano y sus papis les regalaron unos instrumentos para que se entretuvieran en sus ratos libres en el Tec. de Monterrey o el IUEM en el mejor de los casos. Les cuesta trabajo entenderse en el escenario, se les nota la juventud, pero lo más atroz es que ellos creen que lo que hacen “está bien padre” y se ve que va en serio la cosa. ¿Musicalmente?, brit pop con toques de indie rock, ya sé lo que están pensando al tiempo que hacen un ademán de sorpresa: “oh! Dios mío, ¡que originales!”
Para rematar, Punx2, parece que en Toluca eso de los nombres para bandas nada más no se da bien. ¿Y estos qué pitos tocan?, emo… como si nos hiciera falta otra banda del tipo. Es que el ser humano es emocional por naturaleza y todos somos unas niñas lloronas que se cortan las venas con una galleta de animalito. Que quede en constancia que adoro el género, pero hay una diferencia abismal entre estos coterráneos y Cursive o Fugazi, por ejemplo.
Algo he de admirar de las cinco bandas mencionadas, el valor y los huevos de presentar un producto tan malo. Al fin y al cabo el público al que se presentaban no sabe lo que es exigir calidad.
El público, pues un público totalmente toluqueño, emocionadísimo y hasta slam armaban. No digo que todos sean así, pero sí puedo decir con seguridad que muchos de los asistentes sólo han acudido a los masivos de Neurótica y a conciertitos como éste. Las bandas locales, todas ellas movidas –y removidas- por Neurótica, Revolución en Acción, Zona Rockstar y cualquier otra palanca/prostitución que usted pueda imaginar.
Finalmente salió Austin TV, con su pretencioso concepto de bosque (¿quieres algo conceptual?, escucha “Horses in the Sky” de A Silver Mt. Zion), no me quedé demasiado, sólo 2 canciones y no sé cuales porque todas son la misma secuencia de acordes en diferentes variantes sagazmente estructuradas para que suenen relativamente diferente una de otra. Consideren que lo que más escucho es post-rock y distingo entre bandas y canciones, así que para que algo me suene igual está difícil, pero los de Ciudad Satélite lo logran *aplausos*
Entonces todo eso me hace preguntarme, ¿dónde está esa gran banda de Toluca?, la que nos pondrá en el mapa, porque los antes mencionados, Lizza Lonch, Congal Tijuana y demás, lo siento mucho, pero no trascenderán mucho que digamos. Pero eso sí, esas bandas pasan trescientas veces al día en Neurótica, a base de repetición se te clavan sus canciones en la cabeza.
¿Por qué Guadalajara tiene a Descartes A Kant?, una propuesta en verdad interesante, ruidosa, arriesgada y moderna, ¿por qué Guadalajara tiene a The Polar Dream?, una banda instrumental –como Austin TV- que quiere sonar a algo suyo –no como Austin TV-, ¿por qué Mexicali tiene a Maniqui Lazer?, banda que no viene a jugar, su ruido y desorden va en serio y se entregan. Pues porque se ve a primera vista que todas esas bandas lo hacen por amor y no porque quieren ser rockstars, y porque la gente de esas ciudades exige bandas con propuesta real.
Critico a la escena local, lo de Austin TV, con todo y su pretensión, sus ínfulas de salvadores del rock y sus aires intelectualoides tienen rato y etcétera, es sólo que no les encuentro lo original por ningún lado.
Toluca: una ciudad sin rock, eso no cambia y como veo el panorama, no cambiará.
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